Algunas zonas vitivinícolas del mundo, con sus particulares estilos de vinos o bien cepas, desarrollaron formas de copas bien peculiaridades e inclusive únicas. Los ejemplos más simbólicos, son las zonas francesas de Burdeos y Borgoña, donde crearon sus copas para saborear sus vinos.
La forma de la copa, es un factor tan esencial como la temperatura de servicio del vino para una cata profesional. El conocimiento de los distintos tipos de copas, y su adecuado empleo a lo largo de la degustación, es primordial para conseguir el máximo provecho de su colección de vinos.
Cada copa tiene diferentes elementos y cada uno de ellos cumple una función específica: cuanto más fino sea el borde, menos distracciones vamos a tener en el disfrute del vino. Una buena copa va a tener un borde o bien “corte” suave y que deje que el vino fluya con naturalidad; el tazón o bien cáliz tiene diferentes volúmenes y formas, cada una de ellos apropiado para un estilo de vino; el tallo deja mantener la copa sin calentar el vino con las manos, aparte de dejarnos oxigenar el vino haciéndolo girar; y el pie deja que la copa sostenga su situación vertical. Encuentra estos artículos para el menaje del hogar en Zalema.
Copa para vino blanco
Una tradicional copa para vino blanco, tiene un tazón en forma de letra O bien y más recto que una de tinto. Esta forma deja sostener una temperatura fresca del vino que, como recordamos, es fundamental para querer sus cualidades. Los vinos blancos siempre y en toda circunstancia han de estar bien refrigerados para enseñar sus aromas y restallante lozanía, como por poner un ejemplo, las notas cítricas y condimentadas de Trio Sauvignon Blanc.
Naturalmente en el mercado del menaje del hogar vas a localizar bastantes tipos de copas para blanco, en dependencia de la cepa, zona de donde procede y estilo del vino. Por servirnos de un ejemplo, la copa para vinos blancos más maduros será más recta y más alta para dispensar el vino en la parte trasera y en los lados de la lengua, para saborear sus sabores más valientes.
Copa para vino tinto
Como anteriormente comentamos, los dos más habituales ejemplos de copas para vinos tintos proceden de Burdeos y Borgoña. Una copa de Burdeos es más alta, mas su tazón no es tan grande. Está desarrollada para los vinos con más cuerpo, como Cabernet Sauvignon y Merlot. La altura de esta copa, deja que el vino se dirija de forma directa a la parte trasera de la boca para aumentar al máximo su sabor. Para nuestro vino icono Don Melchor, un Cabernet Sauvignon de Puente Alto de excepcional calidad y concentración, se ha desarrollado una copa singular, con un tazón de forma de tulipa ancha.
En términos generales, una copa de vino tinto es más grande que una de blanco. Esto deja sumergir la nariz en el tazón para advertir los aromas. Y, como se comentó previamente, los aromas y sabores más complejos de los vinos tintos demandan una copa con un área de superficie más grande, a fin de que el vino entre en contacto con más aire. Por otra parte, una copa de Borgoña es para vinos con cuerpo más ligero, como el tradicional y muy elegante Pinot Noir. No es tan alta como la Burdeos, mas su tazón es considerablemente mayor, dirigiendo el vino a la punta de la lengua para saborear sus más frágiles sabores.