Siempre sigue las instrucciones que acompañan a las lentes de contacto. Esto es particularmente importante en el caso de las lentes de contacto blandas, que vienen con recomendaciones especiales para su uso. Si en el envase se indica que debes usar las lentes de contacto blandas durante dos semanas, úsalas 14 días y, luego, arrójalas a la basura. En el caso de las lentes de contacto descartables de un solo uso, úsalas sólo una vez. No respetar las recomendaciones de uso del producto, casi siempre genera irritación o infección ocular.
Las lentes de contacto, vienen en diferentes tamaños para garantizar un nivel óptimo de comodidad. Si mientras usas las lentes de contacto sientes constantemente que hay algo que te molesta en el ojo, es probable que no sean del tamaño adecuado. Lo mismo ocurre, en el caso de un par de lentes de contacto que se salen todo el tiempo. Si has sufrido este problema, consulta a tu oculista para saber si tienes que cambiar las lentes de contacto actuales por otro par. Más tarde las podrás conseguir en Lentillas a Domicilio.
El tabaquismo y las lentes de contacto no suelen ser compatibles. Fumar puede secarte los ojos, lo que hace que sea prácticamente imposible usar las lentes de contacto sin sentir incomodidad. Si no estás decidido a dejar de fumar, tu oculista puede indicarte modificaciones dietarias o ciertos suplementos nutricionales, que pueden ayudar a que tus ojos generen suficiente lubricación.
Si la incomodidad, por el uso de las lentes de contacto continúa durante uno o dos días, en especial si las molestias no ceden después de habértelas quitado, consulta de inmediato a un optometrista u oftalmólogo. Incluso las molestias más leves, pueden representar una advertencia temprana de una infección o trastorno ocular importante, que podría dificultar el tratamiento si no se detecta en sus etapas de inicio.
Las lentes de contacto, también pueden ser algo más económicas que un par de gafas de calidad parecida, sobre todo en el caso de una persona cuya graduación no sea estable. Los oculistas, suelen permitir que las lentillas de contacto no utilizadas, se cambien por gafas con una graduación diferente sin costo adicional. Un cambio de graduación en unas gafas, siempre requiere la compra de nuevas gafas y, a menudo de unas monturas nuevas.
Las personas que usan lentes de contacto, normalmente gozan de una mejor visión periférica y percepción de profundidad que las que usan gafas. Por este motivo, y también porque, en condiciones dinámicas, las lentes de contacto suelen permanecer en su lugar con mayor facilidad que las gafas, los deportólogos con especialización en la visión, recomiendan lentes de contacto a los deportistas como una mejor opción con respecto a las gafas.
Muchas personas se deciden por las lentillas de contacto, debido a preferencias estéticas. La gente normalmente, siente que las gafas ocultan la belleza de sus ojos. Además, existe un desafortunado estigma social que suele asociarse a las personas que utilizan gafas.
Lentes de contacto duras versus blandas
A continuación, te mencionamos algunos aspectos que deberás tener presente en el momento de optar por lentes de contacto duras o blandas. Durante un examen ocular, tu optometrista puede explicarte con mayor detalle las ventajas y desventajas de los dos tipos de lentes de contacto.
Lentes de contacto duras
Originalmente hechas de vidrio, las lentes de contacto actuales son íntegramente de plástico, algo que, como ya te habrás imaginado, ofrece el beneficio de que la probabilidad de que se rompan es mucho menor. Durante muchos años, las lentes de contacto se fabricaron con un material llamado polimetil metacrilato (PMMA). Estas lentes de contacto, eran más incómodas puesto que no dejaban el paso del aire. Si bien estaban diseñadas para moverse ligeramente durante cada parpadeo, con el objetivo de permitir la correcta oxigenación de las lágrimas, se precisaba pestañear más seguido para que el ojo obtuviera una lubricación y aireación correctas.